La celebración del día de Halloween, o la moderna conmemoración de la Víspera de Todos los Santos, tiene un origen celta (dominaban el oeste y el centro de Europa en aquellos años) y se remonta a los rituales de los Druidas. Los Druidas, cuyo nombre probablemente significaba "verdadero adivino", eran los sacerdotes celtas que, además, practicaban la magia y eran los instructores de la juventud en temas como la astrología, la magia y las misteriosas cualidades de las plantas y de los animales.
La noche del 31 de octubre, víspera del primero de noviembre, los celtas celebraban el inicio del nuevo año y el final del verano (para ellos el año se dividía en sólo dos estaciones, la de invierno y la de verano). Las comunidades celtas otorgaban a esta fecha una gran importancia porque era el momento del año en el que se hacían las recolecciones y matanzas para el aprovisionamiento . Esa noche también era propicia para examinar los presagios del futuro. Se encendían enormes hogueras y se dedicaba esa noche a Samhain, el caballero de la muerte. Se sacrificaban animales para aprovisionarse para el invierno y como protección contra los malos espíritus (pensaban que los espíritus de los muertos regresaban a sus hogares durante esa noche a pedir alimentos, y maldecían si no se accedía a sus peticiones). De ahí la costumbre de los niños de disfrazarse de espíritus y pedir golosinas a las puertas de las casas.
La costumbre de disfrazarse durante esa noche nace en la Edad Media cuando los bandoleros, aprovechándose de estas creencias, culpaban a los espíritus de sus fechorías, por ello se disfrazaban de espíritus e incluso de la muerte. Sin embargo, la costumbre de utilizar calabazas cortadas como caras grotescas tiene su origen en los juegos de los niños irlandeses quienes usaban patatas y nabo. El nombre de estas calabazas jack-o'-lantern arranca en la leyenda de un borracho llamado Jack a quien el diablo condenó a vagar por el mundo hasta el día del Juicio Final con unas brasas de carbón para poder ver en la oscuridad (brasas que metió dentro de un nabo que se estaba comiendo). Aunque parezca lo contrario, la noche de Halloween no es una fiesta genuina de los Estados Unidos. La conmemoración de esta fecha comenzó a festejarse en pequeñas comunidades de irlandeses a mediados del siglo XIX, basada en los rituales de su antiguo pasado celta. Pero en los años 80 se convirtió en una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense, aunque en la actualidad esta fiesta se ha extendido a numerosos países ajenos a las costumbres anglosajonas. Hoy la celebración de la fiesta de Halloween carece de todo sentido religioso, convirtiéndose, como San Valentín, por ejemplo, en un motivo más de lucro comercial (venta de disfraces, calabazas, dulces, velas, fiestas, etc...). Algunos se disfrazan, otros celebran rituales de fuego y alcohol y todos pretenden espantar a los fantasmas y las brujas que supuestamente vuelven del lado oscuro para hostigarnos. La industria cinematográfica, tan aficionada a la explotación casi sin sentido de cualquier acontecimiento, ha convertido la noche de Halloween en sinónimo de muerte, asesinato y destrucción, contaminando con ello los ritos ancestrales de nuestros antepasados.
Unos sencillos rituales que he encontrado.
Ritual de protección del hogar
En la antigüedad se pensaba que eran las hadas y duendes los que daban protección al hogar, por este motivo los invocaremos y pediremos que cuiden de nuestra casa. El ritual es sencillo, solamente hay que dejar en las ventanas y patios de nuestros hogares, manzanas rojas y verdes, siempre impares, y en las ventanas colocar ramas de laurel y muérdago, para la protección. Se dejan hasta el día 3 de noviembre y se retiran, agradeciendo la protección y la buena energía para todo el año entrante.
En este mes de octubre y mas aún la ultima semana, los Griegos y los Romanos, decían que podían otorgar el don de la profecía y dar oráculos, sanar, y vigilar las flores y los animales salvajes, como también proteger los campos y los rebaños. Para ello dejaban frutas secas en los rincones de las casas. También será bueno dejar frutas secas en los negocios, para incrementar las ventas y la suerte en el juego.
Ritual para el amor
Si tenemos pareja es ideal realizarlo junto a ella para fortalecer el amor. Si no se tiene pareja para encontrarla
Para ello tendríamos que acercarnos algún lugar donde haya agua, laguna, río, mar, o simplemente algún lugar elegido para llevar a cabo este ritual. No es muy difícil, pero si es muy eficaz.
Se corta una vela, colocándola en la mitad de una nuez, para agarrarla a la misma la derretiremos un poco, añadiremos un cascabel, que quede pegado a la velita en la cáscara de nuez… Así, se enciende, se hacen los pedidos y se deja en el agua para que se lo lleve y agraden así, a las doncellas del agua, a las Hadas y logren cumplir sus deseos de amor. El sonido del cascabel, despertara las fuerzas y la luz de la vela iluminara nuestra petición.
Ritual de fuerza, para mejorar en todos los aspectos.
Este ritual llamado de la luna de Halloween se realiza para obtener fuerza y confianza en uno mismo, para cargarse de energía positiva. Se coge una cajita de cristal y a la medianoche hay que ir a un lugar donde se reciban los rayos lunares, concentrarse en esta luz y ubicándola dentro de la caja repetir: “En este receptáculo de claro material, yo guardo esta fuerza sin igual”.
La fuerza aprisionada puede ser utilizada hasta tres veces abriendo la caja por la noche diciendo “Fragmento de potencia lunar que aquí te ves, otórgame tu poder por primera vez”, esto mientras se visualiza lo que se desea realizar, para las siguientes ocasiones se hace lo mismo pero en lugar de decir primera vez se dirá, por segunda vez, al final se dirá por ultima vez, para luego lavar la cajita con agua serenada a la luz de la luna y ya seca envolverla con tela blanca hasta que llegue la siguiente noche de Halloween.
Fuente consultada:anteriores.espaciotarot.com