“El mal de ojo”, entre la superstición y la realidad
El
mal de ojo no es sólo un tema bien conocido en el misticismo, también
se ha convertido en un término coloquial en la cultura moderna. Cuando
uno mira a otras personas con celos, envidia o incluso con malicia, se
dice que esa persona está dando el “mal de ojo”. El mal de ojo se ha asociado a diversos credos y naciones a lo largo de los años, de la magia y la brujería más oscura. El cristianismo siempre representa el mal de ojo como una práctica del ocultismo, haciendo referencia al término en sentido figurado, tanto en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento como el estado
de la envidia o la codicia. Cabe señalar que el mal de ojo puede
inducir a error, ya que todas las personas que arrojan el mal de ojo no
son necesariamente conscientes.
A lo largo de la historia se han encontrado referencias literarias referentes al mal de ojo, y gran parte de ella proviene de la región mediterránea. Desde Platón, el filósofo griego
que vivió en el año 400 a.C. hasta Ateneo, un retórico americano que
vivió en el año 200 d.C. Aluden al mal de ojo en sus escritos, que
demuestra que esta creencia es una tan antigua como la historia misma.
La realidad es que en toda la historia de la humanidad ciertos
individuos han tenido habilidades paranormales que les permitían hacer daño o incluso matar a otros aunque fuera intencionadamente o accidentalmente.
¿Que efectos tiene el mal de ojo?
El
mal de ojo se refiere a la habilidad sobrenatural para lanzar hechizos o
ejercer poder sobre las vidas de los demás con una simple mirada. Al
mirar a otra persona y “echando el mal de ojo”, se puede inducir a una
maldición sobre sus semejantes que a su vez les embrujarían o harían
daño a todo un pueblo.
En la antigua creencia religiosa, las personas que eran capaces de este
poder tenían la capacidad de provocar grandes desastres como
enfermedades, dolencias físicas o incluso la muerte de su víctima.
También tenemos que resaltar la importancia del color de los ojos. Las
personas de ojos de color claro eran consideradas como poseedoras o
transmisoras de la maldición. Otra teoría es que todos los seres tienen
un ojo invisible llamado “tercero ojo” que se encuentra en el centro de la frente. Por lo tanto, la persona que envía la maldición en realidad utiliza el tercer ojo.
¿Quién puede verse afectado por el mal de ojo?
Todas
las personas podemos ser víctimas del mal de ojo, desde los más jóvenes
como bebés y niños pequeños hasta las personas más ancianas. También se
pueden ver afectados los creyentes y los no creyentes, incluso el
ganado o transformarse en una posesión inanimada. Es por eso que es muy
importante proteger a tu mascota del mal de ojo.
La historia religiosa del mal de ojo
Las
referencias más antiguas al mal de ojo según los expertos se remontan a
la antigua Israel y el judaísmo del Antiguo Testamento. Aunque la
realidad es que los orígenes no están claramente identificados, podemos
encontrar referencias claras en el libro bíblico de Deuteronomio.
“Tenga en cuenta que no es un pensamiento en tu corazón perverso. Y tu ojo sea maligno sobre tu hermano”
El mal de ojo en la ciencia
La
ciencia también tiene su propia explicación para el fenómeno del mal de
ojo. En sus investigaciones realizadas en el comportamiento de los
primates, un miembro dominante de un grupo trata de controlar a los
miembros sumisos con una mirada contundente, mientras que los miembros
sumisos apartan los ojos. Cuanto más larga sea la mirada, implica más
agresión. La ciencia explica el poder activo contenido dentro de los
ojos de una persona pero no tienen explicación a como se transmite el
mal de ojo.
Talismanes protectores en el mundo
Para
protegerse del mal de ojo es necesario el uso de ciertos amuletos o
talismanes, o incluso mediantes instrucciones específicas de magia
blanca.
El mundo oriental
Los
talismanes orientales por lo general se asemejan a discos o esferas de
colores concéntricos, que representan el mal de ojo. Según algunas
teorías sugieren que los ojos de estos talismanes desvían la mirada del
ojo malvado para regresar de nuevo al origen. El símbolo del ojo azul
también se puede encontrar en la Mano de Hamsa, un amuleto en forma de una mano humana, y que significa “cinco”, como cinco dedos. También conocida como la Mano de Fátima
por los musulmanes, este amuleto tiene un ojo azul en la palma de la
mano. En Turquía, se pueden encontrar muchos amuletos y protectores para
el mal de ojo, como un nazar (una piedra con círculos concéntricos o
con formas de gotas), muy común en las personas, lugares o cosas,
incluyendo pulseras, collares y colgantes. En Bangladesh, las chicas
jóvenes se pintan un punto dibujado sutilmente detrás de sus orejas. En
el antiguo Egipto, el Ojo de Horus se decía que era el ojo del Dios del
Cielo. Su ojo derecho en forma simbólica también sirve para protegerse
del mal de ojo o de las maldiciones en Egipto.
La herradura, protector para el mal de ojo
La
herradura se cree que representa la luna creciente, y tanto en la
antigüedad como en la actualidad se coloca en las puertas con el fin de
parar el mal de ojo y así evitar que entre en la casa de una persona.
Además de proteger a los residentes contra el mal de ojo, la herradura
también atrae la buena suerte.
Las celebridades también son creyentes del mal de ojo
Las
estrellas de cine y los músicos más famosos han sido vistos portando
protectores contra el mal de ojo. Famosos como Oprah Winfrey, Jennifer
Aniston, Demi Moore, Brad Pitt, Richard Gere entre muchos otros. Las
celebridades están expuestas a la envidia de millones de personas
diariamente. Las celebridades sin duda puede permitirse el lujo de
comprar los amuletos mas caros, pero realmente su función será la misma
que un amuleto ritualizado por un sanador.
La realidad de un fenómeno
Aunque
muchas personas creen que el “mal de ojo” es una expresión sin sentido
que simplemente expresa celos o envidia, en realidad una simple mirada
aparentemente inocente puede transmitir mucho más. Y aunque una persona
sea creyente o no nunca está de más llevar un simple protector, no
molesta y además no hace daño a nadie.
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