Eclipse solar
El 20 de marzo, el sol quedará completamente tapado por la luna, durante un breve espacio de tiempo, tras una banda con forma de semicírculo alrededor de Groenlandia. A medida que nos alejemos de esta zona, el eclipse será menor.
Se trata del décimo eclipse total del siglo XXI y del primer eclipse del 2015. Tendrá lugar el día del equinoccio de la primavera, cuando el sol pasa del hemisferio Sur al hemisferio Norte.
En un área de cerca de 500 kilómetros de ancho y 5.600 kilómetros de largo, desde el Atlántico Norte hasta el polo Norte, la luna ocultará poco a poco el sol hasta que éste quede escondido totalmente durante 2 minutos y 47 segundos como máximo, reseñó AFP.
Solo quienes estén en el archipiélago danés de las islas Feroe alrededor de las 9H41 GMT o en el archipiélago noruego de las Svalbard hacia las 10H11 GMT podrán ver el sol transformarse en un disco negro por un momento.
En una amplia zona alrededor de este “radio de totalidad”, el eclipse se verá solamente de forma parcial. Éste será el caso de los países europeos, del norte de África y el noroeste de Asia.
El próximo eclipse será en dos años, para el 21 de agosto de 2017, aunque en esta ocasión se estima que se produzca en un horario en el que coincidiría con la puesta del sol y por lo tanto no podrá ser fácilmente visible.
Para el resto de zonas donde no se podrá ver el eclipse, puede ser admirado vía Internet a través de sitios y canales como Slooh y Sky-live.tv lo retransmitirán de manera online para que todo el mundo pueda contemplar el acontecimiento.
El 20 de marzo, el sol quedará completamente tapado por la luna, durante un breve espacio de tiempo, tras una banda con forma de semicírculo alrededor de Groenlandia. A medida que nos alejemos de esta zona, el eclipse será menor.
Se trata del décimo eclipse total del siglo XXI y del primer eclipse del 2015. Tendrá lugar el día del equinoccio de la primavera, cuando el sol pasa del hemisferio Sur al hemisferio Norte.
En un área de cerca de 500 kilómetros de ancho y 5.600 kilómetros de largo, desde el Atlántico Norte hasta el polo Norte, la luna ocultará poco a poco el sol hasta que éste quede escondido totalmente durante 2 minutos y 47 segundos como máximo, reseñó AFP.
Solo quienes estén en el archipiélago danés de las islas Feroe alrededor de las 9H41 GMT o en el archipiélago noruego de las Svalbard hacia las 10H11 GMT podrán ver el sol transformarse en un disco negro por un momento.
En una amplia zona alrededor de este “radio de totalidad”, el eclipse se verá solamente de forma parcial. Éste será el caso de los países europeos, del norte de África y el noroeste de Asia.
El próximo eclipse será en dos años, para el 21 de agosto de 2017, aunque en esta ocasión se estima que se produzca en un horario en el que coincidiría con la puesta del sol y por lo tanto no podrá ser fácilmente visible.
Para el resto de zonas donde no se podrá ver el eclipse, puede ser admirado vía Internet a través de sitios y canales como Slooh y Sky-live.tv lo retransmitirán de manera online para que todo el mundo pueda contemplar el acontecimiento.
Marea viva
El eclipse solar no será el único fenómeno interesante de la semana. La alineación del Sol, la Luna y la Tierra provocará una enorme marea el sábado que en algunos puntos del planeta alcanzará hasta los 14 metros de altura. Este espectacular cambio del nivel del mar se produce una vez cada 18 años en fechas cercanas al equinoccio de primavera. La última sucedió el 10 de marzo de 1997 y para ver la próxima habrá que esperar hasta el 3 de marzo de 2033.
“La particularidad de la marea de esta semana, llamada del siglo, es que se suman tres factores que multiplican el efecto: el eclipse, el equinoccio de primavera, y la Luna estará en el punto más cercano a la Tierra”, afirma el astrónomo Josep
En algunos puntos del planeta, estas grandes mareas pueden ser un aliciente turístico, como ocurre en la Bretaña francesa o en la bahía de Fundy, en Canadá. No obstante, en otros sitios, puede tener un efecto destructivo en la costa, sobre todo si se amplifica debido a los vientos que soplan de mar a tierra o si coincide con movimientos del océano producidos por fenómenos climáticos como El Niño, que pueden hacer que el mar entre con mayor virulencia en la costa y provocar olas gigantes.
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